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Padres presentes, hijos felices

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Padres presentes-hijos felices

Padres presentes, hijos felices

Si tiramos de dichos y redichos encontraremos más que manida la expresión de tener un claro instinto maternal. Y una cara de que algo me rechina (al menos en los primeros momentos) al escuchar hablar del instinto paternal. Las personas más curiosas y abiertas, cuanto mínimo buscarán datos que lo corroboren científicamente. Las más conservadoras (que haberlas haylas) dirán que eso no ha existido nunca y no existirá, pues “madre no hay más que una” y la “madre es la madre”. Pues bien, si somos coherentes con la lógica de la frase también es cierto que padre no hay más que uno y el padre es el padre.

Si hacemos un poco de memoria histórica hasta 1958 los estudios sobre el tema del apego habían estado limitados a la madre, debido en parte a la base del instinto maternal como consecuencia del vínculo biológico del desarrollo del feto en el vientre materno (aunque este vínculo puede aparecer antes o a posteriori).

Sin embargo son cada vez son más las investigaciones en el campo de la neurobiología y la psicología que demuestran que los hombres desde el mismo momento de la concepción, también cuentan con un instinto paternal bastante similar al instinto femenino, y que ambos  funcionan a nivel hormonal con un circuito neuronal, que en los padres hace que disminuya en gran cantidad los niveles de testosterona (hormona asociada a la virilidad y la agresividad)  y aumente el estradiol (hormona femenina del grupo de estrógenos). Ambos circuitos, además, se activan proporcionalmente al tiempo que se pasa junto al bebé desde que se forma el feto.

De este modo, ya no hay justificación “racional” para seguir manteniendo la creencia de que la crianza es instintivamente cosa materna y que el padre únicamente colabora.

 “Es más difícil desintegrar un átomo que un prejuicio” Einstein

Pero los datos científicos demuestran que a pesar de que el cuerpo femenino genere hormonas asociadas al amor y el cuidado del bebé que suponen un vínculo intenso con el bebé, el apego paterno filial simplemente es diferente y que éste se incrementa en función de la participación y contacto con el hijo/a.

Lo cierto es que es cada vez son más los más los padres que en mi consulta afirman que desearon formar parte de todas las etapas del embarazo y de la crianza de sus hijos/as involucrándose desde los inicios y  manifestando con orgullo la satisfacción que a nivel personal les ha supuesto el ser padres:

“Me encanta abrazarla y pensar que siempre estaremos juntos” (A. 32 años)

“Desde que fui padre me siento menos egoísta e individualista, mis momentos de ocio ya no son mi cueva, sino que adoro compartirlo con mi hijo, a lo más bonito que me ha pasado en la vida, mi familia” (R. 42 años)

“A nivel emocional me ha hecho empatizar más con el resto de los niños/as, ponerme en su lugar, volverme más hacia mi infancia. Ahora soy mucho más sensible a todos los artículos y noticias que leo sobre los niños/as.” (G. 33 años)

¿Qué beneficios tiene el apego paterno?

  • Empatía y protección padre-hijo/a:  la ternura y deseos de cuidar a su hijo, saber percibir e interpretar sus emociones y necesidades fortalece la confianza y ayuda al enfrentamiento de problemas y regulación de las emociones.
  • Contribuye a una mayor armonía en la pareja: mediante la negociación y flexibilización de los roles. Situación que permite mayor espacio de descanso, reducción del estrés y desconexión en la madre, mejorando también la admiración y convivencia de la pareja.
  • Mejora los niveles hormonales relacionados con la felicidad (endorfinas) y el apego positivo (oxiticina) y reduce los relacionados con el estrés (cortisol).
  • Disminuye los celos y las luchas de poder: a través del apego corresponsable, tanto la madre como el padre identifican las necesidades de su hijo y van construyendo patrones vinculares sanos, sin que se generen tantas rivalidades ni luchas por el afecto.
  • Enriquecimiento cognitivo y socio-emocional del hijo/a: la manera en que los padres calman a su hijo(a) e incentivan la exploración del mundo es diferente a la forma en que lo hacen las madres, por eso al ser ambas figuras de apego referentes se le ofrece herramientas variadas para que pueda resolver conflictos y autoregularse.
  • Modelo de igualdad: a través de la vinculación positiva de ambos progenitores, se genera un ejemplo de igualdad de género y se previenen estereotipos.

Reflexiona

Es deseable que los padres formen parte de las rutinas básicas de los/ las hijos/as en la medida que sea posible. No a modo de colaboración o ayuda a la madre, sino como parte responsable de la vinculación y participación paterna.

Por supuesto sabemos que factores la legislación vigente no favorece demasiado esta cuestión para compaginarla con el ámbito profesional, pero en la medida de lo posible existen pequeñas cosas que si pueden hacerse desde el comienzo. Os proponemos algunas de estas conductas que pueden ayudar a fomentar apego parental, acompañamiento en los controles y ecografías, asistencia y participación en los talleres de preparación y talleres de padres/madres, estar ahí en el momento del parto o estar presente en determinadas horas de la lactancia -pues es importante que el bebé pueda percibir que el padre está ahí en el momento de su primera nutrición, por cualquier vía sensorial (tacto y oído principalmente).

En definitiva, espero que cada vez tengamos más consciencia que ese instinto, ya sea femenino o masculino, es aquel que nos lleva a cuidar, proteger y querer de manera especial a nuestros hijos/as formando un importante vínculo emocional, afectivo y sano con ellos/as que durará toda la vida.

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