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Consejos para despertar el conejo

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Consejos para despertar el conejo

Ampliar nuestra autoimagen sexual femenina

  • Las mujeres tenemos la enorme capacidad de poder conectar y desconectar con nuestro propio cuerpo con mucha más facilidad de la que lo hace el hombre. El hecho de haber sido durante muchos años (y hoy en día a veces también) el miembro receptor y objeto de deseo masculino ha jugado un flaco favor también en esta nueva etapa de la maternidad.
  • Pongamos un ejemplo: ¿A cuántas mujeres les puede provocar ternura e incluso una excitación inconsciente la fotografía de un hombre con su bebé? Bien, ya veo que a unas cuantas 🙂

¿Y si la fotografía es de una mujer con su bebé? ¿Cuántos hombres consideran a esa mujer recién parida objeto desenfrenado de deseo? Aparecen las dudas, ¿verdad?

  • Las estadísticas reflejan que del mismo modo que una mujer embarazada provoca a nivel inconsciente el aumento de testosterona, una mujer con una maternidad recién estrenada ya no tanto. Puede que este mecanismo inconsciente fuese muy útil a nivel biológico hace cientos de años, pues no había tantos medios anticonceptivos y que esa imagen no provocase deseo y excitación en el hombre fuera una forma de poder cuidar a los hijos sin tener a tu pareja todo el día encima tuyo.

Sin embargo, los tiempos han cambiado y sería muy positivo que evolucionasen también los modelos que reflejan a la mujer-madre como menos sexy o deseada que antes de ser madre. Ya se sabe que el deseo empieza también con cambios de chip mental. Y este cambio debe comenzar por nosotras mismas.

  • Durante toda la terapia lo repetimos mucho: mímate, toca tu cuerpo, escucha música sensual, aprovecha cuando vas a comprarle ropa al bebé para comprarte algo para ti. Queda con las amigas que no tienen críos de vez en cuando y hablad de temas casuales, intercala el número de veces que buscas en internet temas relacionados con tu bebé con artículos de autoestima y seducción tras la maternidad. Lee relatos eróticos, échale un ojo a los cortos porno feministas (son cortos, podrás con ellos).

Si tú misma no te ves como una mujer deseada en esta etapa y no aceptas tu cambio corporal como algo transitorio pero bonito, difícilmente vas a poder pensar en proyectar ese deseo en tu pareja.

  • Se acabaron las creencias de que con esos sujetadores antimorbo y esas ojeras a lo oso panda no puedo estimular el deseo de mi compañero, y lo que es peor, ni el mío propio. Costará más, tendré que innovar, pero no vale un “ya no” por respuesta.

La mayoría de las mujeres que relatan haber acuciado menos problemas en este aspecto son aquellas que desde el inicio hicieron un “click” a la hora de entender su propia sexualidad. En cuanto su cuerpo se lo permite, después del postparto, son capaces de volver a conectar con su cuerpo sexual, disfrutar y relajarse y, además sentirse queridas y deseadas a través del sexo y del autosexo. Son mujeres que ya antes de ser madres habían hecho ese click, manteniendo en equilibrio sus deseos/necesidades y su expresión sexual.

No reducir las relaciones sexuales a los genitales o al proceso “preliminares-coito”

Cuando les pregunto a muchas parejas en esta etapa a qué se refieren con que la sexualidad está fatal, me dicen que hace 2 meses que no hacen el amor.

Entonces yo les invito a reflexionar: ¿Os dais besos? ¿Recibís o dais alguna caricia a lo largo del día? ¿Le decís algún piropo al otro o recibís algún cumplido físico? ¿Alguna vez uno le hace ver al otro que tiene ganas -incluso aunque no se lleve a cabo-?

Casi siempre las respuestas son afirmativas en al menos dos de las preguntas.

Entonces yo les digo ¡Enhorabuena, estáis teniendo una sexualidad normal!

  • Es realmente triste que la mayoría de las parejas tengan la idea de que sus relaciones sexuales están en stand by porque no terminan en coito. Como en la mayoría de las veces en la vida, nos vamos a lo más complicado e intentamos por todos los medios hacer malabarismos para llegar a ello en lugar de celebrar los pequeños objetivos que ya son metas en sí mismas.

Veamos esto con detenimiento. A la mayoría lo que más nos cuesta es encontrar el momento para poder “hacerlo”. Entre el cansancio, la falta de tiempo, la libido en Irak y las ganas de irnos más con Morfeo a la cama que con nuestra pareja, así no hay quien lo haga.

Pero si en lugar de eso, tomamos como sexualidad cualquier gesto encaminado a sentir una sensación de placer y relax con mi pareja ¿qué hay de un masaje en los pies de tu cuando colecheas con tu bebé? ¿qué hay de poner vuestra música favorita cuando te metes en la ducha? ¿qué tal unas caricias en el pelo, un agarre por la cintura o unos besos en el cuello cuando bañáis a vuestro bebé? ¿recuerdas la última vez que os sorprendisteis con un pequeño regalo sorpresa fuera de fechas señaladas? Los mensajes de móvil o una nota en el frigorífico también despertarán “anclas en la memoria” del cortejo, como cuando erais recién novios.

  • Recordad que esta es simplemente una etapa más de la sexualidad en la pareja y además transitoria (¡menos mal!), que como tal, tiene unas características determinadas.  Pero si no queremos vivirla como un “impasse” esperando que se pase lo antes posible y dando por hecho que no podemos hacer nada para evitarlo, sino que deseamos sacarle el mejor jugo posible, no obtendremos resultados diferentes haciendo siempre lo mismo.

En esta ocasión queridas amigas de madre y punto redondo, a veces es como cuando teníamos menos edad y empezábamos nuestras primeras relaciones sexuales: el coito podía esperar. Pues ahora lo mismo, centrémonos y disfrutemos de lo qué sí está al alcance y no vemos por poner el foco sólo y únicamente en las relaciones tal y como estábamos acostumbradas antes de ser madres.

  • Esto no sólo os ayudará a centraros en el presente y no estar obsesionadas con el pasado (el sexo que tenía antes de) ni con el futuro (el sexo que tendré después de) además de que al inconsciente le estaremos mandando desde YA pequeños estímulos a modo de preliminares para estimular de manera paulatina el click de estar en clave sexual, incluso en periodos de maternidad.

Hablar, hablar y hablar mucho con vuestra pareja

  • En psicología de la pareja estudiamos las fases más importantes y estresantes a nivel sexual por las que puede pasar una pareja. Y una de ellas es esta. Por ello, al igual que en el resto de etapas la comunicación con mi pareja es absolutamente esencial.

Que cada uno pueda expresar como se siente, que pueda ayudar y compensar al otro en lo que necesita, que podáis fomentar la sexualidad afectiva en lugar de centraros en la sexualidad física, ayudará sin duda a que podáis sentiros menos inseguras y menos culpables de no “estar cumpliendo” (como muchas me dicen) con vosotras ni vuestras parejas.

Cero “debo que” o agobios variados

  • Si a pesar de probar algunos de nuestros consejos o de haber intentado otros cuantos, lo que hace todo esto es agobiaros aún más. Fuera obsesión. No hay nada que bloquee más el conseguir un objetivo que el obsesionarnos de forma ansiosa con ello.

Aquí tomo las palabras de María Llopis para expresaros cómo lo veo:

“Estamos bien jodidos en esta sociedad desde la que escribo. Tenemos tantas reglas y normas sobre lo que deben sentir nuestros cuerpos que ya no sentimos, y menos gozamos, ni de la maternidad, ni de la vida ni de nada”.

Así que, si sois de las que en lugar de que estas estrategias os animen a innovar, os abruma como si fuese una auto imposición más ¡ni se os ocurra! a seguir de la manera que mejor podáis y cuando haya suerte o las circunstancias lo permitan o se alineen los astros, pues a disfrutarlo y listo.

Reflexiona

No nos enseñan a las mujeres que la sexualidad es una necesidad básica y un derecho propio, no una obligación. No aprendemos que existe un campo amplio de fases desde el deseo hasta el coito y sobre todo que cada fase está llena de posibilidades. Porque al fin de cuentas y a pesar de todo, los obstáculos más grandes a la hora de satisfacer esta necesidad vital, -a veces también-, pasa por revisarnos a nosotras mismas.

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